jueves, 11 de octubre de 2012

Removiendo conciencias

¿Te has parado a pensar quién duerme en el cajero que hay debajo de tu casa o quién se refugia tras esos cartones en el portal de al lado? Para muchos simplemente son “sin techo”, “mendigos”, “indigentes”; personas que no tienen empleo, excluidos socialmente y con alguna adicción al alcohol o a las drogas.
Si analizamos como llega una persona a vivir en la calle veremos que no sucede de la noche a la mañana. Cada persona sin hogar sufre de media unos 7 u 8 sucesos traumáticos encadenados mientras que el resto de las personas sufren 3 o 4 a lo largo de toda su vida. Entendemos por suceso traumático la pérdida de la vivienda, el fallecimiento de un hijo o de la pareja, una separación, la pérdida de empleo etc. Una vez llegan a la calle, las personas sin hogar se encuentran con que la vida entre cartones no es nada fácil. Casi la mitad de las personas en esta situación ha sufrido algún robo y un 3,5%, la mayoría mujeres, han sido agredidos sexualmente.
Recuerdo una noche haciendo voluntariado en la que conocí a Juan y me contó como había sido su vida. Imaginad que en poco tiempo pierdes tu trabajo, tu pareja fallece, te desahucian y los servicios sociales se llevan a tu hijo, en cuestión de meses te ves solo, sin casa y sin dinero. Si a cualquiera de nosotros nos echan del trabajo o se muere nuestra pareja tenemos familia y amigos que nos respaldan y nos sirven de apoyo, si no los tuviéramos sería mucho más difícil sobreponerse a esas situaciones.
“Es más fácil vivir pidiendo que trabajando, son unos alcohólicos, no quieren trabajar…”  son algunas de las perlas que había escuchado sobre las personas sin hogar antes de hacer voluntariado. Tan solo hace falta una noche como voluntaria para darte cuenta y ver con tus propios ojos lo falsas que son esas afirmaciones. He conocido a gente que ha trabajado durante años, personas que hablan cinco idiomas u otros con trabajos tan precarios que no pueden alquilar una habitación. Tienen la mochila cargada con sus pertenencias y sus experiencias, podríamos pasar horas a su lado y pensaríamos que son minutos. Las personas sin hogar tienen mucho que dar a quien quiera escucharles.
Solo el 10% de las personas sin hogar practica la mendicidad y el 13% tiene estudios universitarios según los datos recogidos en el informe del INE del 2005. Estos datos y las experiencias de quienes pasamos tiempo con ellos echan por tierra todas las teorías y estereotipos que parte de la sociedad tiene sobre las personas sin hogar.
 
Si ya es difícil estar en situación de calle imaginad sentir, además, el rechazo de la sociedad. No podemos evitar que haya gente durmiendo en una acera pero sí está en nuestra mano sensibilizar a la gente, normalizar la situación, hacer voluntariado y pasar una noche a la semana conversando con ellos y hacer así sus días un poco más fáciles. Desde este blog queremos cambiar la concepción que se tiene de las personas sin hogar y qué mejor manera que hacer voluntariado con ellas.

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