miércoles, 31 de octubre de 2012

17 de octubre: un día para tener en cuenta


El 27% de la población mundial está en situación de calle1. Más de un cuarto de los habitantes del mundo está en el umbral de la pobreza.
En grandes ciudades como Madrid nadie se sorprende cuando ve a una persona en la calle pidiendo o a alguien vendiendo chucherías en el metro. Aunque consideremos estas cosas como características de la sociedad, lo cierto es que la pobreza no es algo natural del ser humano. La existencia de pobreza en el mundo es algo artificial.

En 1993 una asamblea de la ONU fijó el 17 de octubre como Día Mundial de la Erradicación de la Pobreza, con la idea central de que ésta no es sólo nociva, sino que puede ser erradicada.

Desde hace 17 años muchas organizaciones en el mundo se concentran este día para recordarnos estos principios y explicar que, aunque la pobreza sea un fenómeno cotidiano, es algo que se debe “des-normalizar” para luchar más activamente contra ella.

No hay la misma pobreza en todas partes: tenemos los llamados países en vías de desarrollo, zonas donde es más profunda y afecta a más personas; en la que grandes sectores de la sociedad viven en la absoluta miseria y pasando hambre.

Y lo que denominamos “Cuarto Mundo”, sectores de la sociedad que dentro de países “desarrollados”, viven una pobreza distinta, rodeada de un colectivo con mayor capacidad adquisitiva y siendo un sector minoritario que a menudo no puede ejercer derechos fundamentales.
Sin embargo, aunque los tipos de pobreza sean distintos, la causa es siempre la misma: una mala gestión del mercado mundial y malos gobiernos, que no generan las mismas oportunidades para todas las personas y que alimenta un crecimiento desigual dentro de la sociedad. La pobreza es consecuencia de los fallos en el sistema, no de la incapacidad de unos “pocos” por conseguir trabajo o llevar una vida normal.

En época de crisis la pobreza aumenta. Desde 2008 ha aumentado el número de personas pobres en un millón por año. A día de hoy, cerca de 12 millones y medio de personas se encuentran en situación de sinhogarismo. Para muchas organizaciones este dato es más que suficiente para reactivarse y motivar a la sociedad a que se indigne y proteste contra esta situación.

Acabar con la pobreza supone una reflexión por parte de cada uno de nosotros y nosotras: es necesario acabar con los prejuicios y exigir las responsabilidades a quienes deben tomarlas. La pobreza es el reflejo de un sistema que no funciona y que no genera igualdad. De un modo de relaciones entre países que no se basa en la cooperación y la integración, como debería ser.

Defendiendo la igualdad entre países y entre personas y el derecho a las mismas oportunidades para todos y todas, se puede conseguir acabar con la pobreza.



1. Según datos de Eurostat

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