martes, 20 de noviembre de 2012

Qué sabemos realmente de los gitanos


El colectivo gitano rumano es uno de los más desconocidos, estigmatizado e ignorado, de los que más estereotipos negativos, titulares de prensa y rechazo acumulan. Desde los primeros asentamientos de población gitana rumana inmigrante en nuestro país, la asociación con la delincuencia han sido constantes.

No hay estudios fiables que digan el porcentaje de gitanos rumanos se dedica a la delincuencia pero si podemos poner ejemplos, casos reales para que esa parte de la sociedad española que muestra una actitud racista hacia ellos se dé cuenta que no el 100% vive de la delincuencia, que muchos de ellos vienen a España buscando una vida mejor, como los españoles lo hicimos en su momento y estamos volviendo a hacerlo.  Cristian es un gitano rumano que llegó hace algo más de tres años a España. Afirma que en Rumanía también existe mucho racismo hacia los gitanos como él. Quiso entrar en la universidad y le pusieron pegas por ser gitano así que decidió salir del país y venir a España. Tras meses malviviendo porque le pagaban una miseria por trabajar escuchó que en el País Vasco había mejores oportunidades. Han pasado ya tres años de eso y ahí sigue, encargado de recepción y comedor de un hotel en un pequeño pueblo de Euskadi, totalmente adaptado pero sin perder la cultura gitana.

Poco después de la llegada a Europa del pueblo gitano comenzaron a manifestarse actitudes de rechazo hacia esas personas que no se sabía muy bien de donde venían y que siguen hoy en día. En el Siglo XIV había gitanos que eran esclavos de la monarquía o la iglesia. El siglo XX trajo más calamidades para los gitanos. Con el Holocausto Nazi se produjeron matanzas e incluso se realizaron experimentos con niños gitanos. Se calcula que al término de la II guerra mundial entre un 70% y un 80% de la población gitana fue exterminada por los nazis. Desde entonces hasta ahora el pueblo gitano ha seguido siendo objeto de conductas racistas. Sarkozy, vulnerando el tratado Schengen de libre circulación de ciudadanos europeos, deportó a cientos de gitanos rumanos y desmanteló sus campamentos.  Ejemplos como estos muestran el sufrimiento de un pueblo a lo largo de la historia, en nuestras manos está cambiar el curso de los acontecimientos.

Una de las quejas de este colectivo es que los medios ayudan a crear y difundir los estigmas hacia ellos. Cuando un gitano comete un delito se asocia inmediatamente el delito con lo gitano. Yo como periodista me pregunto si de verdad es importante dar prioridad a la nacionalidad al contar una noticia y si los medios podrían, con un pequeño esfuerzo y tratando todas las noticias por igual, sin importar quién la protagonice, ayudar a erradicar los estereotipos.

La realidad de cada ser humano es única, ya sea gitano, payo, rumano, español, chino o americano. Cada persona es única y dueña de su comportamiento. El pueblo gitano rumano son muchas personas, cada una con una realidad, por lo que es injusto que se generalice.

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